martes, 31 de julio de 2012

Tengo muchos defectos y aprenderé a corregirlos.


Es difícil creer que he cambiado, que puedo ser mejor persona o incluso que puedo volver a hacerte feliz cuando te he defraudado tantas veces como puedas recordar, está bien, quizá no tantas pero fueron muchas más de las que me hubiese gustado. Es difícil muy difícil, pero no es imposible, solo necesito que confíes un poco en mí y que mires en las cosas buenas que hago por ti. Tenía algunos pros que nadie más te hacía sentir, cuando estabas mal te hacía sonreír y te comprendía, intentaba ayudarte en cualquier momento y aún quiero seguir haciéndolo, necesito seguir haciéndolo, para mí ser parte de ti se convirtió en necesidad, era un orgullo decir que era tu novia, y que tú eras mi novio, lo mejor que me había pasado en la vida. Estoy orgullosa de haber podido compartir contigo dos años, lo más maravillosos de toda mi vida y quiero seguir compartiendo primaveras contigo, hace un año un mes y 12 días que todo esto acabó, sólo te pido un último favor. Dame una nueva oportunidad, te juro que no te defraudaré. TE LO JURO.

Prometo reparar cada error que cometí.

Todo el mundo comete errores a lo largo de su vida; esa chica tan perfecta, ese señor que va todos los domingos a rezar, tus familiares más cercanos, tus amigos más íntimos, incluso tú o yo. Todos hemos cometido algún error, más grave o más leve, pero lo hemos cometido. Dicen que la segunda vez que cometes un error, ya no es un error, es una decisión. En parte es cierto, si sabes por experiencia que vas a estropear algo ¿por qué lo haces? Pues bien esa pregunta lleva dando vueltas en mi cabeza tres días, es como un eco que no me permite dormir o evadirme, sabía que era un error pero en ese momento creí que era lo correcto, y ahí cometí otro error, ¿veis? Dos errores en cuestión de minutos, unos errores que a cualquiera podrían ocurrirle.