Ayer, me preguntaron por ti y no sé porqué razón una lágrima se
formó en mi ojo para bajar por mi mejilla. No es que sea una tonta sentimental
y cada vez que alguien me pregunte por ti rompa a llorar como una estúpida, no.
Lo que pasa es que tu ausencia me hace más daño que un balazo en la sien.