No somos nada y, a la vez, somos todo. Viene
cuando me alejo, se va cuando me acerco. Nos amamos a ratos, nos odiamos otros
tantos. Me cuida de los demás, sólo él me puede lastimar. Se ríe conmigo y a
veces de mí. Pero no ha vuelto y lo extraño. Es mi mal necesario.
jueves, 6 de febrero de 2014
lunes, 3 de febrero de 2014
Se quedó aún teniendo mil razones para marcharse.
Cuando te
enamoras tu antigua vida desaparece. Pareces la misma persona y tu vida sigue
siendo la misma en muchos aspectos: viven en el mismo sitio, vistes con la
misma ropa, trabajas en el mismo sitio y mantienes en tu vida prácticamente a
la misma gente. Pero en el fondo eres total e irrevocablemente diferente, eres
una persona nueva con una vida nueva en un mundo nuevo, y sólo quieres seguir
siendo tan jodidamente feliz el resto de tus días junto a esa persona que a
pesar de tener mil razones para marcharse siempre sigue ahí, al pie del cañón; apoyándote
y ayudándote siempre que es necesario.
domingo, 2 de febrero de 2014
Quédate conmigo, siempre.
Y de lo mucho que me acojonaba
quererte no te haces una idea, y del pánico que le tenía a eso de que pirases,
a que me dejases sola, a verme obligada a 'empezar de cero', a seguir sin ti y
sin tus 'buenos días dormilona', sin tus 'te quiero' sin venir a cuento, tus
constantes 'te echo de menos princesa' que me hacían sonreír fuese la hora que
fuese, pero lo que más me acojona es que después de tanto tiempo las heridas
que provocaste siguen abiertas. Que ya no hay alcohol que cure ni alivie tanto
daño, que ya... ya no hay nada, sólo pedacitos de recuerdos, pedacitos de un
tiempo en el que fui feliz, un tiempo en el que llegamos a querernos con toda
el alma, un tiempo que... no volverá.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)