Ella
sonreía todavía más cuando me veía entrar así y me preguntaba justo en el
instante en que yo me sentaba en su cama...
-
¿Has perdido todas las sonrisas? Tengo una en el
puño.…
Y me
mostraba su puño cerrado.
-
Si quieres te la regalo.… Abro el puño y la coges
al vuelo.…
Y ella abría el puño y yo sonreía.… Era mecánico.…
Pero yo enseguida dejaba de hacerlo y ella volvía a la carga.
-
Tengo otro puño y en él hay una sonrisa de oreja
a oreja.… ¿La quieres?
Y abría
nuevamente el puño y yo sonreía de oreja a oreja.… Jamás le falló el truco.…
Jamás
le faltaban sonrisas en los puños.…
PD: Si os gusta leer y tenéis mucho tiempo este verano y no sabéis en lo que invertirlo, os recomiendo que leáis "Brújulas que buscan sonrisas perdidas". Pasad un buen verano :)
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