sábado, 22 de marzo de 2014

Ese instante de felicidad.


Es extraño, a veces te sientes seguro de ti mismo y ni siquiera sabes bien por qué, y sabes que puedes manejar la situación, es decir cuando empieza y cuando acaba, si es que quieres que se acabe. En cambio, otras veces no. Y precisamente en esos casos es cuando te das realmente cuenta de qué es el amor y del daño que puede hacer. Pero también de lo bonito que es, joder, porque el amor te arrolla, no mira a nadie a la cara, te hace cometer locuras, te hace sentir feliz como ni siquiera podías imaginarte que podías serlo y después te hunde, como por ejemplo ahora, cuando no eres tú quien decide las cosas...

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