
miércoles, 21 de diciembre de 2016
Trébol.

lunes, 31 de octubre de 2016
Balas.
De qué
me sirve tener un corazón a prueba de balas, si lo que me mata, es tu
boca.
A lo mejor, es que yo soy masoca
y necesito de tus arañazos para creer que he recuperado una de mis siete vidas.
Cómo puedo ser tan imbécil de depender de tus ronroneos a media luz, si sé que
en cuanto se te ponga la luna enfrente vas a brindarle la oportunidad de
lamerle hasta la locura.
Pero que no se me olvide, que no
se me olvide que soy mía antes que de nadie, que llevo la falda con la que se
torea, que soy fuerte y que ser valiente no significa "no llorar".
Que no se me olvide qué es reír, que no se me olvide sentir, caer, tropezar, cicatrizar,
que no se me olvide cómo era antes de ti. Porque también tengo una bala en la
recámara, esperando a ser disparada, para luego perderse, me da igual ser una
bala perdida desde que he encontrado en tu ombligo el epicentro de la Tierra,
ahora que sé que soy capaz de reventar un terremoto si se cuela entre tus
piernas.
Tengo una pistola vacía que
juega a matar gente, yo la llamo cordura, y es capaz de llevarte a la décima
altura para luego soltarte. A parte, tengo diecinueve motivos por los cuales
debería salir corriendo, porque correrte ya sé que hace quinientas noches que
lo haces en otras camas.
Tengo
muchas historias entre manos y no sé qué tramas, pero tú ya no formas parte de
ninguna, no me hagas agarrarme a tus pupilas, ¿no ves que ahora miro suelo?,
miro al suelo, porque te deje el mundo a tus pies y tú seguiste bailando como
si nada. Miro al suelo porque veo tus pies moverse al compás de tus latidos,
porque estás pisando mi corazón y tú sigues bailando como si nada. Mira, mejor
vamos a hacer como que no nos hemos conocido, como si hubiéramos vendido a un
programa de prensa rosa un romance inventado, y cuando trates de empezar de
cero llegará alguien que te hará volar sin alas, te partirás la boca por
quitarle más las lágrimas que las bragas y te darás cuenta de que nada sirve un
corazón a prueba de balas si lo que buscas, es que te mate su boca.
No, por favor, decirle que
vuelva que viene el invierno y el frío, que quiero recuperar lo que fue mío. No
me imagino un otoño sin deshojar sus párpados, sin ser los hijos vástagos de
una generación que no creía en el amor. No me imagino vivir sin hacer
manifestaciones en su cadera para denunciar lo desacuerdo que estoy con el
mundo, sin decidir si salgo a flote o me hundo entre sus piernas cada noche,
sin apuntarme al derroche de saliva, a sus idas y venidas, a ser su salvavidas
en cada derrumbe, por favor, decidle que vuelva... A quererme, a
dispararme.
martes, 23 de agosto de 2016
Lotería.
Mis
expectativas son sencillas: ser feliz. Viajando, conociendo nuevas cosas y
formar una familia contigo. Mi reto es vivir el día a día siendo y haciendo
feliz a las personas que me rodean con chistes malos, bromas, y a veces, reírme
de mi misma y mi multitud de defectos. Jamás tuve problema en reírme de mí si por
ello conseguía elevarte el ánimo, en otros momentos conseguía elevar otra cosa… Tu
nivel de paciencia, no pensemos mal; o sí.
Mi propósito
de cada año es disfrutar más y preocuparme menos, pero después de haber perdido
amigos, familiares, oportunidades y haber ganado quebraderos de cabeza y alguna
que otra persona a la que no le entusiasma el hecho de que pueda respirar;
empecé a preocuparme, o mejor dicho a obsesionarme, con no perder a nadie más y
no ganar cosas que preferiría no tener en mi vida. Sí perdía; quería que fuese
el miedo a ser feliz, o el miedo a no dar la talla con las personas que me
rodean. Y sí ganaba; quería que fuesen buenas noticias, un montón de buenos
amigos, un verano de av…. Já, a quién pretendo engañar, quería ganarte a ti. Quería
ganarme tus amaneceres y anocheceres, que te desvelaras conmigo y que el
insomnio fuera la mejor excusa para pasar un buen rato. Tener charlas de futuro
e imaginarnos como sería nuestra casa, o como serían esos bichillos que lo desordenarían
todo.
La verdad,
aquel 16 de marzo, sí el día que te conocí, me tocó el gordo de la lotería sin
siquiera saber que estaba jugando.
lunes, 8 de agosto de 2016
Suerte, y no hablo de azar 🔐🍀
Todos los días me levanto creyendo que no estoy a
la altura, que no soy lo que te mereces y que tarde o temprano te darás cuenta de
que soy un estorbo para ti y me echarás de tu vida; por eso cada día intento
dar lo mejor de mí, por si acaso es el último día en el que puedo hacerlo
porque esta niñata inmadura metida en un cuerpo de una persona de 22 años te
quiere con locura, y aunque la vida es bonita teniéndote al lado, siempre puede
ser mejor y quiero que lo sea. Supongo que Odín, me ha regalado por la cara
otras 24 horas contigo para hacer las cosas bien o al menos, quererte un día
más. Solo espero, estar haciendo las cosas bien y que estés a gusto conmigo,
que te esté haciendo feliz porque te juro que esa es mi aspiración. Hacerte
feliz, ser felices, crear algo digno de recordar el día que me muera.
sábado, 7 de mayo de 2016
VII
Hoy quiero decirte lo que nunca te digo pero que sí siento, hoy me apetece quererte más de lo normal. Nos la jugamos, y está saliendo bien. Nos está saliendo tan bien que no hemos necesitado a nadie que nos apoyara. Nos hemos ido queriendo poco a poco y sin darnos cuenta no nos podíamos querer más, y nos tocaba inventarnos otros términos. Supongo que cuando te paras a escribirle a alguien es porque significa mucho para ti, pero es que nunca he sabido explicar cómo te miro mientras hablas, ni sabría explicar que los minutos enteros de silencio abrazados en tu cama viendo vídeos son los más bonitos y mejor aprovechados. Quizá nunca se me comprenda, quizá sea mejor así, porque mientras el resto busca una explicación racional a por qué sigo luchando yo te miro y sonrío al ver tu sonrisa. Sonrío, porque te he encontrado y te has quedado conmigo a pesar de saber como soy; a pesar de todos los defectos que has encontrado en mi a lo largo de tanto tiempo. Te cú.
viernes, 25 de marzo de 2016
Si quieres, siempre podemos.
Te propongo que nos quedemos
todo el día despiertos en la cama, huyendo del frío mortal de la rutina de lo
cotidiano, para dejar de preocuparnos de las cosas que nos rallan y ocuparnos
de nosotros. Si quieres yo voy a la cocina a por chocolate para que rinda por
mí cuando necesite un descanso, que tú eres un chico insaciable, o incansable,
o invencible. Podemos poner una peli de esas malas para que no me duela tanto
cuando no me dejes verla, cuando me tapes la pantalla, cuando quieras que no
dejemos ningún hueco. Será mejor cuando te quedes dormido y yo despierta,
mirándote cumpliendo sueños, esa es la vida que quiero. Porque lo bonito es
perder la cabeza poco a poco, por y con alguien. Y si tú quieres, siempre podemos.
Si quieres nos ponemos a dar vueltas en la cama como si hubiese un incendio. Si
quieres empezamos en otoño y seguimos en invierno…. Si quieres, empezamos con un
“PARA TODA LA VIDA”.
viernes, 11 de marzo de 2016
Ven, vuelve, te echo de menos.
Yo, que me quedé cuando más motivos tenía para marcharme. Yo,
que he luchado, que estoy luchando por mantenerte conmigo. Yo que estoy
sufriendo en silencio por no querer perderte. Yo que daría lo que fuera por
arreglar los errores que cometí. Yo que no soy perfecta, pero sabe
perfectamente lo quiere. Yo, que sabe que eres tú, o no es nadie.
martes, 8 de marzo de 2016
Si quieres, puedes.
Eres mi lugar favorito, eres mi canción favorita, eres mi
película favorita, eres ese lugar donde siempre volvería una y mil veces, eres
donde mis ganas nunca se rendían, ERES el amor de mi vida. Eres el abrazo que
me calma. Eres el que consigue que me ría cuando no paro de llorar. Eres el que
consigue que me ría cuando quiero parecer enfadada. Eres todo o nada. Eres tú o
nadie. Eres mi felicidad y mi desgracia. Eres todo lo que siempre quise tener y
que por estúpida perderé. O no. Mis ganas nunca se rinden, yo, voy a por todas.
martes, 1 de marzo de 2016
GAME OVER.
Por tu culpa he pasado los peores
momentos de mi vida, también los mejores. Me doy cuenta de que no he sabido
valorar lo que he tenido durante mucho tiempo, que por más oportunidades que he
tenido las he desaprovechado sin saber que estaba perdiendo lo más importante
que tenía. A ti. Ahora tengo que ver
como la persona por la que doy cualquier cosa se va enamorando poco a poco de
una persona que tal vez no sepa valorar las tonterías que son lo
más preciado para mi… Esas tonterías que me alegraban un día malo, que me alegraban
la vida. Un mes sin verte pero que parece una vida, te echo mucho de menos, mi
amor.
domingo, 17 de enero de 2016
¿Por qué no volvemos?
Por qué no volvemos.
Recuérdamelo, por favor. Por qué no nos queremos de vuelta, de segunda mano o
de ocasión. Por qué. A ver, si es que había tantas razones, es que te juro que
las había. Es que hasta las llegué a apuntar en algún sitio. Y ahora va y no las
encuentro. Justo cuando más las necesito. Justo cuando sólo recuerdo todo
aquello que juré olvidar. Así que, si no te es mucha molestia, recuérdame por
qué no nos dejamos de hostias. O por qué me las sigo dando yo.
Por qué no volvemos. Por qué me despierto y lo primero que hago
es pensar en tus fotos. Pero si las metí en el fondo del cajón ese que ya ni
abro. El de las cosas perdidas aposta. El de los recuerdos que son demasiado
grandes para llevarlos encima. Malditas fotografías. Instantáneas con retraso
de lo que pudo ser y no fue. Por qué las escondí allí, si se me agarran a la
retina día sí día también. Por qué hago ver que no las veo, si no me hace falta
ni mirarlas, si ya me las sé.
Por qué no volvemos. Por qué no dejo de
seguir tus pasos. Por qué entro de puntillas en las redes
sociales como
quien entra a por algo que se dejó. Por qué analizo tus fotos,
tus gestos, tus lugares y tus palabras. Por qué veo en cada nuevo amigo o
contacto tuyo un potencial enemigo. Por qué me da miedo que me olvides con
ellos, que me entierres sin mí. Por qué busco señales que al fin y al cabo tú
ya no emites. Por qué. Eh. Por qué.
Por qué no volvemos. Por qué no he sido capaz de volver a
sentarme en la única mesa maldita de nuestro restaurante. Por qué salgo todas
las noches como si nada, como si jamás te hubiese conocido. Y por qué les acabo
pidiendo a todas que hagan de ti. Que les gusten tus mismas cosas. Que se rían
como lo hacías tú. Por qué las comparo siempre contigo. Qué culpa tendrán ellas
de no alcanzarte. De no saber que me exististe. De no poder acabarse este final.
Por qué no volvemos. Por qué sigo mirando el móvil cada dos
horas simplemente para ver si estás en línea. Por qué empiezo a escribir
siempre el mismo mensaje. Uno que arranca con un por qué no volvemos. Uno que
sigue explicándote cuánto te echo de menos. Y por qué, cuando acabo el mensaje
perfecto, le doy siempre al borrado completo en vez de al enviar.
Por qué no volvemos. Dímelo, de verdad, tan sólo recuérdamelo
una vez más. Aunque te cueste algún que otro esfuerzo. Hazlo. Por los viejos
tiempos. Por este mal sabor de boca después de algo tan dulce. Por lo que fuera
yo en tu vida. Por lo que sea. Por lo que fui.
He cambiado. Que ahora sí que sí. Que ahora entiendo por qué no
funcionó lo nuestro. Que por qué no volvemos. Que por qué no intentarlo,
sabiendo lo que sabemos. Pero te estaría mintiendo, y lo haría simplemente para
conseguirte de nuevo, para volverte a tener, para volverme a dar a ti.
Nos estaríamos engañando de nuevo.
Y volveríamos dispuestos a ello, tan sólo por lo mucho que nos
queremos.
Tan absurdo como cuando estábamos juntos y tras cada silencio
resonaba siempre la misma pregunta.
Por qué no lo dejamos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)